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domingo, 7 de noviembre de 2010

"Famiglia", de Friedemann Friese


Un gioco di Carte chen non potrai Rifiutare! Con esta frase inspirada en El Padrino de Francis Ford Coppola se presenta este juego de cartas, Famiglia, que edita Edge Entertainment (Rio Grande Games en el original) en una pequeña caja que contiene todo lo necesario para jugar. Es un juego independiente que no necesita nada más aparte de lo que trae en su interior, a saber, un mazo de sesenta cartas y un libreto de instrucciones. Se trata de un juego exclusivamente para dos jugadores, en el que cada uno interpreta a un capo de la mafia que debe engrosar sus bandas con cuantos criminales pueda. ¿Cómo? Cada uno de los mafiosos tiene un valor de 0 a 4 (y distinta puntuación, que servirá para el final del juego), que deben utilizarse para conseguir malandrines de más alto valor cada vez. Al comienzo nos reparten una mano de cuatro "mindundis" de valor 0. A partir de ahí debemos ir juntando parejas del mismo número y familia (es decir, color), para conseguir el valor inmediatamente superior. Esto es, si queremos conseguir un mafioso de valor 1, debemos usar a dos de valor 0, y así consecutivamente. Pero para ayudar en la tarea disponemos de las habilidades especiales de cada una de las familias, que son cuatro: los Contables, los Brutos, los Mercenarios y la Famiglia.

Este es el aspecto de una partida. La "Calle" al centro, y las zonas de los jugadores, donde van a parar las cartas que usemos.

Todos ellos sirven para conseguir cartas de valor superior del modo habitual, más una habilidad especial que hay que emplear con habilidad para según qué cosas, aunque el objetivo sigue siendo el mismo: conseguir la mayor colección de cartas para nuestra baraja personal, a ser posible con la mayor puntuación de gángsters. Los Contables recuperan cartas utilizadas previamente en nuestra zona de juego. Los Brutos emplean la fuerza bruta para intimidar a las cartas que se encuentran en la "Calle", reduciendo su valor para que nos sea más fácil conseguirlas. Los Mercenarios emplean su capacidad para formar una pareja con otra carta cualquiera para csoneguir un mafioso de la "Calle", aunque no sea de la misma familia. Por último, la Famiglia no tiene habilidad especial alguna, tan sólo sirve para puntuar al final de la partida, los que más alto valor poseen, por lo que deberíamos guardarlos como oro en paño para tal efecto.

En cualquier caso, se trata de un juego de construcción de mazos, que se divide entre las cartas que tenemos en la mano para uso inmediato, y las cartas que tenemos en nuestra zona de juego, que también sirven para puntuar y recuperar con los Contables. Hay competitividad entre los dos jugadores en la medida en que cogemos cartas de la Calle que al contrario le hubiera gustado tener, o eliminar cartas a la pila de descarte según nos convenga al principio de nuestro turno (aunque al final se terminan cogiendo todas hasta agotar completamente la baraja de juego). Aparte de eso no hay robo de cartas de la mano contraria ni nada por el estilo.

La caja es pequeña y cabe en la mano. Estaría bien ofrecer un puro a modo de broma...

Un juego sencillo y dinámico, de mecánica directa, nada complicado, y que puede dar muchas horas de juego (la duración de la partida suele ser de poco más de media hora, la primera algo más), pese a lo limitado del formato. Y es que se trata de un juego de cartas con tan sólo un mazo como componente, y que cuesta 8 piezas de a ocho. La presentación de la caja me parece muy elegante, más pequeña de lo que pensaba, con una ilustración que la cubre por completo, y que asemeja una cajetilla de puros (con sus grapas y todo), que casi parece de verdad. Las ilustraciones de los maleantes tienen un estilo cartoon que creo encaja muy bien con el juego, para hacerlo poco seriote, divertido. Además, todas los mafiosos tienen nombre propio, y están sacados muchos de ello de las películas de Coppola. Todos no tienen el nombre exacto, pero muchos de ellos sí que los podemos reconocer, caso de Fredo o el mismo Padrino con un dibujo que recuerda a Marlon Brando. En cuanto al tamaño de las cartas, ni por asomo cabría la posibilidad de ponerle fundas. Primero porque no encajarían luego en la caja (aunque si se quiere cambiar...), y segundo porque el tamaño de las cartas es más alargado de lo habitual, haciendo imposible el tema de las fundas con lo que venden actualmente.

Para pasar unos ratos entretenidos y sin complicaciones (en especial si se acaba de terminar una partida a algo largo, para desintoxicar), viene al pelo. Es perfectamente portable por su reducido tamaño, cabe en cualquier sitio, y sirve para echar unos piques a ver quién controla la mejor banda. Su autor es Friedemann Friese, diseñador entre otros de Fauna, Félix el Gato Encerrado o Alta Tensión.

1 comentario:

sRy_ dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
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